domingo, 3 de abril de 2011

El síndrome de "Alexander Supertramp"

De entre todas las películas que he visto a lo largo de mi vida, muy pocas han tenido, a mi parecer, la capacidad de merecerse el título de "perfecta". Esas películas que por más que las veas, más me gusta. Que cada uno de los segundos que transcurren en ella me parecen lo mejor que has visto, hasta el punto de recordar sus frases, su música o sus escenas como si las viviera en mi día a día.

Últimamente ando con una de esas películas en mi cabeza. Es una de esas que las ves una vez y dices "qué peliculón", que la ves la segunda y no puedes creerte que aún pueda ser mejor y que ya a la tercera es que te deshaces viendo como avanza una historia que bien conoces ya. En este caso, se trata de "Hacia Rutas Salvajes" (Into the Wild) la que ha provocado en mí estas sensaciones, y es que cada día me identifico más con el personaje de Christopher McCandless (AKA Alexander Supertramp).

No solamente es que tenga un guión genial que juega con saltos temporales y que haga que te metas más y más en la historia, ni que tenga una fotografía alucinante que te haga fantasear con todos los lugares de EEUU que salen en pantalla. Ni siquiera que tenga una música insuperable, interpretada por Eddie Vedder, escrita concretamente para esta película. Es simplemente ese modo de vida que propone Alex a lo largo de la película y que te hace pensar en si merecería la pena una vida así.
Y entonces, esa frase, "Happiness only real when shared". Ahí está el quid de la cuestión, ahí está el por qué de todo, el por qué de la esencia de esta película: el entender que solamente se puede hallar la felicidad, mientras pueda ser compartida con alguien. Y, la verdad, pienso que cada uno debería acabar por pasar esta especie de "síndrome" que te surge una vez que terminas de ver la película, ya que te hace entender las cosas de una manera algo diferente.



Y así me siento en este momento, elaborando mis propios pensamientos dignos de Alexander Supertramp, para al final darme cuenta de que, en soledad, no es el modo en el que voy a encontrar la felicidad, pero aún así, seguiré experimentando como si de McCandless me tratara.

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